La plenitud de gracia en María
Leemos en la Sagrada Escritura que el Arcángel Gabriel la saluda diciendo: “Dios te salve, llena eres de gracia” (Lc. 1,28). Estas palabras manifiestan con toda claridad la santidad completa del alma de María, en virtud de que son irreconciliables el pecado y la gracia, como lo son la luz y las tinieblas. Hemos visto [en el número anterior] que la Virgen Santísima además de no haber contraído el pecado original, tampoco tuvo durante su vida falta alguna incluso venial; por tanto, si en el alma se da la ausencia total de pecado, debe haber en ella la presencia total de gracia, como dice explícitamente la Escritura con las palabras del Arcángel Grabriel. (Lucas 1:28)
Daniel Sapia
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