![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgl4g7q-sntVJl9Did99E-kpT8j3Hs3-sfjfxNVM6UQZXxhUekFlek8AqsVdt6xRQsPDd_NY7qcEYsF0t0F5_iZDSBGT2alsctPL9xiipwQGyL8Cx5-_T-F11EWvcQ9i5fohGE-Kk3w211_/s400/buen_pastor.jpg)
Pastor, que con tus silbos amorosos
me despertaste del profundo sueño,
Tú me hiciste cayado de ese leño
en que tiendes tus brazos poderosos.
Vuelve los ojos a mi fe, piadosos,
pues te confieso por mi amor y dueño
y la palabra de seguir empeño
tus dulces silbos y tus pies hermosos.
¡Oye, Pastor, que por amores mueres!
No te espante el rigor de mis pecados.
Pues tan amigo de rendidos eres,
espera, pues, y escucha mis pecados.
Pero, ¿cómo te digo que me esperes
si estás, para esperar, los pies clavados?
( Lope de Vega)
No hay comentarios:
Publicar un comentario